¡Buenos días a todos
y todas!
Les traigo el
siguiente relato del camino del escritor.
Como seguramente habréis
oído, el procedimiento de formación y nacimiento de una obra literaria, no es
moco de pavo, se necesita mucho tiempo y dedicación para completar algo, que
con toda probabilidad, no acabará surgiendo como uno creía. Lo cierto, es que
yo también lo pensaba así, almenos en los primeros momentos.
Decía en el anterior
relato, que ya había empezado a escribir “algo” y que ese “algo” había pasado
de las 40 páginas, pues bien, ¡Resulta que al final alcanzó las 310 páginas!,
no cabía duda, había escrito una voluminosa obra literaria, (otro día
hablaremos del tiempo requerido).
En esos momentos,
sentir que estas escribiendo algo tan grande como eso sonaba bien, me llenaba de
orgullo, aunque rápidamente bajaron los humos; había muchas obras literarias
que poseían menos de 100 páginas, y otras que llegaban a las 2000, así que
rápidamente comprendí que la mía no era más que una del montón, (realmente ojalá
fuese del montón, aun queda un largo recorrido para ser solo del montón).
Volviendo al tema en
cuestión, como dice la imagen, son páginas escritas en el programa informático “Microsoft
Word”, así que sabía que eso realmente no era una página de libro normal, era
demasiado grande. Así que realicé algunos cálculos para poder comparar de forma
aproximada, esta es la fórmula:
Nº hojas Word x 1,5 = Nº hojas novela común
En mi caso: 310 x 1,5
= 465 páginas de un libro normal, ese sería el volumen aproximado del libro (si
los pudiese tener entre mis manos como tal).
Espero que les haya
gustado la entrada de hoy, ¡nos vemos el próximo sábado!
De Joan Escriva
Pellicer
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